Los vapores son gotitas de líquido suspendidas en el aire. Se pueden inhalar y, según la sustancia de que se trate, pueden ser sumamente tóxicos. Algunos vapores irritan los ojos y la piel. Algunos son inflamables o explosivos. Hay que aplicar medidas de control para evitar que los trabajadores estén expuestos a vapores desprendidos por líquidos, sólidos u otras formas químicas.
Algunas sustancias químicas están en forma de gas cuando se hallan a temperatura normal. Ahora bien, algunos líquidos y sólidos se transforman en gases cuando se calientan. Algunos gases tienen olores o colores muy fuertes mientras que otros son inodoros e incoloros (y pueden ser sumamente tóxicos). Los gases se pueden inhalar. Algunos gases pueden provocar efectos irritantes inmediatos y otros producir efectos visibles sólo cuando ya se ha producido un daño grave para la salud. Los gases pueden ser inflamables o explosivos. Hay que proteger a los trabajadores de los posibles efectos dañinos de los gases aplicando medidas de control eficaces.